La PIOMETRA consiste en una acumulación de pus en el útero. Viene asociada normalmente a una hiperplasia endometrial (aumento de las células del endometrio) debido a la estimulación hormonal que sufren cada 6 meses las hembras caninas y felinas.
Los SINTOMAS que observamos en las hembras que la padecen son: polidipsia (beber mucha agua), poliuria (hacer mucho pis), anorexia (falta de apetito), vómitos, diarreas, dilatación abdominal y descarga vulvar mucopurulenta.
El DIAGNOSTICO lo realizamos mediante ecografía, dónde se aprecia el alcance del acúmulo de pus pudiendo así determinar la urgencia del tratamiento quirúrgico.
El TRATAMIENTO, casi siempre es quirúrgico. Consiste en realizar una ovarioihisterectomía , extirpando de esa manera las zonas que contienen la infección.
Existe un tratamiento médico a base de antibióticos y antiprolactínicos, que pueden ayudar a eliminar la infección si ésta no está muy avanzada. Estaría indicado en hembras reproductoras o a las que no quieran esterilizar.(Pero no siempre da buenos resultados y suele recidivar en el siguiente celo)
CASO CLINICO.
Se presenta a nuestra consulta en diciembre de 2015, Tara, una perra de raza mestiza y 10 años de edad. Presentando anorexia, diarrea hemorrágica, fiebre y descarga vulvar purulenta.
Le realizamos una ecografía abdominal, en la que encontramos dilatación con contenido purulento principalmente en cuerno uterino derecho.
Debido a la óptima respuesta al tramiento antibiótico que observamos en los controles ecográficos realizados a la semana y posteriormente dos semanas, no es necesaria la intervención quirúrgica.
A los 9 meses siguientes vuelve a nuestra consulta Tara, con los mismos síntomas, pero esta vez el contenido purulento ocupa los dos cuernos uterinos siendo la dilatación de los mismos de 15 cm de grosor. Además la paciente presenta fiebre , anorexia total (no come absolutamente nada) y vómitos.
Debido a la urgencia la operamos una vez diagnosticada la piómetra por ecografía realizando ovariohisterectomía. Tara permanece en su casa con antibioterapia y analgésicos durante los 10 dias del postoperatorio. Sin presentar ninguna incidencia.
Ahora Tara se encuentra en perfecto estado y sin riesgo de volver a padecer esta enfermedad.
CONCLUSION.
La infección uterina es una patología muy común en hembras sin esterilizar, que puede comprometer la vida del animal. El diagnóstico precoz ayuda enormemente en su resolución. Ya que una vez se presenta la toxemia (complicación más grave) el pronóstico es reservado.
Se evita 100% con la esterilización, por lo que aquí encontramos otro beneficio de realizar de forma temprana la cirugía a nuestras hembras.